LETICIA GASPAR GARCÍA

Ya no habla nadie… entre el silencio y la extinción

Mi objetivo con este proyecto es producir un conjunto de obras explorando la transformación del medio urbano contemporáneo mediante la experimentación plástica, centrándome en un acontecimiento del que estamos siendo testigos: la falta de capital y el deterioro del tejido comercial. En un contexto en que convergen el desplome de la economía de mercado y la emergencia de voces críticas, los espacios abandonados surgen como sujetos con carácter reflexivo. Lugares fugitivos que a pesar de su ausencia se transforman en testigos mudos. Dicho esto, no pretendo mostrar un reflejo de la realidad circundante sino transformarla para producir un lenguaje personal y reflexivo. Es decir, parto de un tema concreto o punto de partida para trascenderlo a través de la composición plástica. Quiero establecer un dialogo en torno al vacío, al abandono, al silencio, tomando como referentes principales negocios o espacios cerrados, edificios en ruinas o vallas publicitarias sin anuncios.

La transformación y la elaboración de escenas integran al espectador en un mundo oscuro, pesadilla postapocalíptica que apela al presente. Arquitecturas desoladas que nos posicionan en un mundo incierto y a la vez lleno de misterio, en el que las voces críticas, aunque ahora ausentes, se perpetúan en los muros derruidos, acaso con la esperanza de renacer entre los escombros. No hay rastro de presencia humana aunque sí advertimos su huella en este paisaje desolado. En estos espacios despoblados ni la publicidad ni las pintadas sobre los muros parecen captar ninguna presencia, ni humana ni animal salvo la del espectador-. El logos, el razonamiento legado por los antiguos griegos, contrasta con las inconsistencia que demuestran las sociedades contemporáneas de lo cual tampoco se libran las que nos han precedido-. Somos herederos del pensamiento filosófico humanista e ilustrado aunque nuestras sociedades han derivado hacia el neoliberalismo político, económico, sexual. El miedo es la amenaza económico-política en una sociedad que decae y escucha el mismo discurso repetitivo que no sé si sorprendentemente- causa su efecto. Discursos y promesas poco creíbles que contrastan con la realidad circundante, la pérdida de derechos y libertades, el deterioro de las instituciones públicas o de las condiciones laborales de la mayor parte de la población en contraste con las posiciones privilegiadas de las grandes fortunas, de los políticos, de la monarquía o de la iglesia-. Con todo, quizá el logos sea, después de todo, un resquicio de esperanza o simplemente un canto de sirena en este escenario dramatúrgico en el que las crónicas globales muestran sus espacios fantasmagóricos, donde la naturaleza parece comenzar a reclamar parte del espacio.

Otro aspecto importante de este trabajo es la introducción de elementos de extrañación. Estos pueden constituirse, por ejemplo, mediante el cambio de elementos, añadiendo motivos o introduciendo grafismos, a veces con mensajes reflexivos, políticos o reivindicativos, ideados por mí o extraídos de diferentes lugares, que se articulan dentro de un nuevo contexto.

Leticia Gaspar (Bilbao, 1982) Licenciada en Bellas Artes en la ­UPV/EHU y diplomada Estudios Avanzados en pintura en la misma universidad. Es una artista multidisciplinar que utiliza medios como la pintura, la fotografía, la ilustración y el cómic. Ha recibido distinciones y premios (XX Bienal Internacional de arte de Cerveira, 2018; 1º Premio XLVIII Premio Ciudad de Alcalá Artes Visuales, 2017); así como becas de residencia (BilbaoArte 2018), de creación e investigación (Beca de la Diputación Foral de Bizkaia, 2015; Beca Guggenheim, 2007; etc.).