Del 10 de octubre al 2 de diciembre de 2020, la Galería Fúcares Almagro (Ciudad Real) acoge la exposición individual El silencio de las sirenas con la obra de la artista Raquel Algaba.
Una de las grandezas de los mitos clásicos es, como parte de un imaginario colectivo que no deja de mutar, su posibilidad de interpretación. Exhumar lo que ya está ahí y releerlo, reconducirlo y recrearlo. Lo que nos es contado no es tan importante por su veracidad, sino por su condición de pilar para comprender nuestro mundo. Los mitos descubren lo oculto en lo real, figuras idealizadas sobre las que recaen todas las corrientes invisibles de pensamientos establecidos.
El escritor Franz Kafka propuso en su relato corto El silencio de las Sirenas una reinterpretación del encuentro de Ulises con las sirenas. Ulises, sabiendo del poder de éstas, no las escucha y solo pretende oírlas. Y las sirenas, que saben del engaño del héroe, solo le ofrecen su silencio. Atado únicamente en su mástil a una historia que le han contado, Ulises no puede ser consciente de si, al final, las sirenas han cantado. El héroe, al ignorar si el canto de las sirenas tiene o no lugar no puede ser consciente certero de su heroicidad. No puede, porque existe una “falla en la comunicación”.
Ulises es el individuo en continuo desplazamiento que no consigue encontrar su estado de determinación. Ulises es, en efecto, conjunto de eventos superpuestos donde el individuo se ve arrastrado a un yo fragmentado y oscilante, mostrado cómo un pelele cerámico proyectado por todo el espacio.
Nos cuesta discernir entre lo que es real y lo que no, nuestras creencias se sostienen en ideas volátiles. Atados a un mástil invisible navegamos seguros de nuestras convicciones, sin ser conscientes de que quizás lo más importante, resida en el silencio de unas sirenas que, no por permanecer calladas, dejan de querer decirnos algo. Y después de todo, se puede escapar del canto de las sirenas, pero nunca de su silencio.